Como arquitecta interiorista, uno de los aspectos más gratificantes de mi profesión es la oportunidad de diseñar espacios para niños. Estos proyectos no solo permiten una gran libertad creativa, sino que también me brindan la satisfacción de saber que estoy contribuyendo a crear ambientes que fomentan el desarrollo y la felicidad de los más pequeños. Recientemente, tuve la oportunidad de diseñar una alcoba destinada para dos niños pequeños, y este proyecto se ha convertido en uno de mis favoritos.

Para este proyecto, quise combinar elementos lúdicos y funcionales que resonaran con la energía y la imaginación infantil. Decidí utilizar formas geométricas, específicamente esferas, para las terminaciones de los muebles. Las esferas de madera no solo aportan un toque moderno y divertido, sino que también son seguras para los niños debido a sus bordes redondeados. Incorporé estas formas en diversos elementos de la habitación, como en los pomos de los cajones, los tiradores de las puertas y los adornos de las estanterías.

La elección de los colores fue un aspecto crucial para crear una atmósfera acogedora y armoniosa. Opté por una paleta de tonalidades de azul, que va desde el azul celeste hasta el azul marino. Estos tonos tienen un efecto calmante y, al mismo tiempo, son lo suficientemente vibrantes como para mantener el espacio lleno de vida. Combiné estos azules con toques de blanco y madera clara, lo que añadió calidez y equilibrio visual.

Diseñé mobiliario específico para almacenamiento, incluyendo armarios y estanterías que no solo son funcionales, sino que también se integran estéticamente con el diseño general de la habitación. Esto permitió dejar amplios espacios para la circulación y el juego, elementos esenciales para un entorno infantil dinámico y seguro. La disposición del mobiliario fue cuidadosamente planificada para maximizar el espacio y facilitar el movimiento.

La ubicación estratégica de estos elementos asegura que los niños tengan áreas específicas para diferentes actividades, como jugar, estudiar y descansar.

Uno de los mayores desafíos y placeres de diseñar espacios para niños es crear un entorno que sea tanto práctico como inspirador. Cada detalle, desde la selección de los materiales hasta la disposición de los muebles, se pensó para fomentar un ambiente seguro y estimulante. Saber que los niños tendrán un lugar especial donde crecer, jugar y aprender hace que todo el esfuerzo valga la pena.

En conclusión, diseñar para niños es una experiencia enriquecedora que me permite combinar mi pasión por la arquitectura interior con el deseo de crear espacios que realmente marquen una diferencia en la vida de los pequeños. Esta alcoba, con sus formas geométricas y colores armoniosos, es un reflejo de cómo un diseño bien pensado puede transformar una habitación en un mundo de sueños y aventuras.